Monday, 10 November 2008

Sonidos sordos


Y cuando sonó la última nota el lugar se llenó de gente ajena a lo que allí había sucedido. Dos almas castigadas, aparentemente inválidas para poder seguir haciendo sonar sus melodías, únicas, irrepetibles pero ya algo desafinadas habían conseguido hacerse oír.

Un sonido, característico que ambos oídos llevaban tiempo por escuchar. Y entendamos oídos por alma, no cuerpo, la razón no puede procesar todo, y no somos culpables de ellos, sólo los que no dejan que los datos que quedan fuera no calen más allá de la piel.

Unos dedos que se escapan de las manos intentaban señalar algo que no habían visto antes y sin embargo ahora podían palparlo. Palpar sin que desistiesen en el intento ues a cada segundo descubrían algo, grande, intenso.... que volvía a escapar de todo conocimieto empírico.



Y él compuso una nueva canción sin haber estudiado nunca música, pero sabiendo de largo de ella. Y ella bailó un blues por primera vez, sin entender muy bien lo que hacía, dejándose llevar por las notas que acariciaban su cintura y la hacía vibrar.

Y esto sucede cuando los últimos rayos despiertan los miembros que hivernaron durante el verano, que entendían de ganas y no de tiempo.

1 comment:

Sir Wormy said...

El blues de los desconocidos. jijiji